Capítulo Cinco

"When I talk, you should listen,
All of you belong to me
Come one we should get it goin,
Now what I want is specific,
Respect what I have done for thee
The Ruler & The Killer Baby

You don't talk, You don't say nuthin, ok?
You don't talk, You don't say nuthin, ok?
You don't talk, You don't say nuthin, ok?
To the Ruler & the Killer baby"
-The ruler and the killer, Kid Cudi.

Stan estaba sorprendido. La chica había seguido con maña el juego de Fersmoth, habiendo incluso inventado una historia de cómo su hermana- nombre proveído generosamente por el Jefe- había ganado la Feria Estatal gracias a su cerdo. Pero el Jefe se estaba cansando. Su expresión de entretenimiento e hilaridad había dado paso a un poco de irritación.
-Bien, "Marilyn"- entrecomilló el aire- ahora que nos has entretenido un rato te daré una última oportunidad: ¿Cuál es tu verdadero nombre?
La chica puso una expresión tan inocente que Stan casi le creía. Casi.
-Pero, su Alteza, se lo he dicho ya.- enunció las siguientes palabras con cuidado, como si le hablara a un recién nacido- Mi.Nombre.Es.Marilyn.Taylor.
Fersmoth suspiró.
-¡Zhack!- llamó.
"Uf"-pensó Stan- "Esto promete ser entretenido"

¿Zhack? ¿Acaso Fersmoth creía que ella sería tan fácil? Ni aunque trajeran a un súper torturador les diría su nombre. Jamás. Fersmoth le sonrió.
-"Marilyn Taylor"- más comillas- te presento a mi hijo Zhack. Zhack- volviéndose a la figura en el umbral de la puerta- "Marilyn Taylor".
Dios, ¿qué tenía éste hombre con las comillas?
Zoe sólo tuvo tiempo de sorprenderse de que Fersmoth tuviera un hijo antes de volverse, esperando ver otra maléfica ardilla mutante.
Pero no fué eso lo que vió.
Zhack y su padre sólo tenían en común la altura y el color del pelo, y eso debía de ser considerado una suerte para el primero. No podía ser más diferente a Fersmoth. Zhack le llebaba por lo menos una cabeza a Stan, y eso ya era decir bastante. Éso fué lo primero en lo que Zoe se fijó. Y luego, en su musculatura, imponente pero sin ser exagerada, visible a través de su chaqueta de cuero con el broche de las Tierras Negras. Su piel era lo más sorprendente. Era casi bronceada, sólo que había algo en ella qué te hacía verla pálida. Más como oliva. Su pelo no estaba al rape, como los subordinados,  signo de su alta posición social, sino que  le caía en mechones sobre los ojos, que eran de un impresionante color violeta oscuro con vetas de ocre y dorado.
Ojos únicos en el mundo, como era en su raza.
Los de Zoe no eran un simple gris plata como Stan los había visto mientras ésta estaba inconsciente, sino que semejaban a la plata líquida, con apariencia de fluir por su iris acabando en un color aguamarina. Tenían una extraña cubierta de luz solar.
Zoe se dió cuenta de que todos parecían esperar algo de ella.
-Qué, ¿debo hacer una reverencia, Cretino?- le preguntó a Stan.
Stan podía jurar que vió las comisuras de la boca de Zhack curvarse en una sonrisa. Esto lo sorprendió tanto, que sólo pudo encogerse de hombros.
-Pues no lo haré. Estamos en tierra de nadie, ¿no es cierto?- Zoe le arqueó una ceja a Fersmoth mientras se dirigía hacia la mesa y se sentaba.
Fersmoth parecía molesto. Y el hecho de que Zoe empezara a tararear no le ayudaba.
-No le corresponde saber su ubicación, señorita "Taylor". Reverénciate.
Encogiéndose de hombros, Zoe obedeció con la mayor dignidad posible. Tomando las faldas de su vestido gris y blanco por encima de sus pantalones de hombre, hizo una reverencia propia de las Tierras Blancas.
Zhack casi sonrió. Ésta chica le divertía.
-Ahora, Zhack, encárgate de ella.
"Encargarse de mí." Zoe bufó. "Como si se lo fuera a decir a éste".
Una vez estuvieron solos, Zhack le sonrió y alargó una mano hacia su hombro. Y empezó la agonía.
Zoe se mordió el labio para no dejar escapar el grito que amenazaba con salir de ellos. Era como si hubieran tensado al máximo sus nervios y los rompieran, quemándolos lenta, y dolorosamente.
-¿Nombre?- preguntó Zhack.
-M...Marilyn Taylor.- logró mascullar Zoe.
Zhack redobló la fuerza. Casi se sintió culpable al ver cómo a la chica se le escapaba una lágrima. Se las arreglaba bastante bien para una persona que estaba siendo quemada viva.