"Cuando me hable usted debe escuchar
Todos ustedes me pertenecen
Vamos, que hay que ponerlo en marcha
Ahora lo que quiero es específico
Respeto lo que han hecho por ti
El gobernante y el asesino bebé
No hablar, no decir nada, OK?
No hablar, no decir nada, OK?
No hablar, no decir nada, OK?
Para el gobernante y el asesino bebé
No hablar, no decir nada, OK?
No hablar, no decir nada, OK?
No hablar, no decir nada, OK?
Para el gobernante y el asesino bebé"
-The ruler and the killer, Kid Cudi.
Zoe se las había arreglado bastante bien
hasta el momento, pero cualquiera se daría cuenta que su tiempo se estaba
acabando. Al principio, Fersmoth había estado entretenido por la chica, quien
hilaba mentiras como quien respira, pero su expresión de hilaridad pronto daba
paso al aburrimiento.
El miedo todavía no había abandonado a la
chica, pero eso era algo normal. Nunca la abandonaba de todos modos; así que lo
reunió en su interior y lo inflamó con rencor para darse fuerzas.
Solo
necesitaba sobrevivir. Solo eso. Y era algo
bastante difícil de lograr, así que si centraba en ello no necesitaría pensar
en nada más.
Zoe desconectó su consciencia y permitió
que sus instintos la manejaran.
-Ahora que nos hemos divertido un poco,
¿nos vas a decir tu nombre?-preguntó Fersmoth, aun con esa maligna sonrisa de
ardilla mutante.
Zoe fingió sorpresa.
-¿Qué? Pero si ya se los he dicho,
Supremacía.-dijo, de una manera tan convincente que Stan casi le creyó. Enunció las siguientes palabras como si hablase a un
bebé.-Mi. Nombre. Es. Marilyn. Taylor.
La sonrisa de Fersmoth se borró de su
rostro como si alguien hubiese apagado un interruptor, y todo lo que quedó fue
una expresión calculadora.
-Zhack.-llamó, su orden resonando por las
blancas paredes.
Zhack esperaba fuera de la sala de
tortura con los brazos cruzados. Se mantenía frío, distante, como siempre que
lo llamaban a ese lugar. Hacía mucho que había aprendido a desconectar. Sin
embargo su estómago hacía una pequeña danza en su interior, retorciéndose como
cantando algo va a pasar, algo va a
pasar, algo va a pasar.
Zhack lo acalló con ímpetu e ignoró la
manera en que su pulso se acrecentó cuando lo llamaron.
Era solo una tortura más.
Nada fuera de lo normal.
Sin embargo, cuando entró a la habitación
y vió a una chica de las Tierras Blancas en ella, supo que era algo completamente fuera de lo normal.
¿Zhack? ¿Acaso creían que ella se iba a
rendir tan fácilmente? Ni en sueños.
Zoe no apartó la mirada de Fersmoth
mientras este daba vueltas a su alrededor como un halcón, observándola de una
manera que la hacía querer matarlo a golpes.
-“Marilyn Taylor”-hizo comillas en el
aire.-Me parece que es hora de que conozcas a alguien muy especial.
Como si hubiese estado esperando la
llamada, la puerta se abrió y por ella entró el chico más atractivo que Zoe
había visto en su vida. Su corazón dio un sobresalto, y ella se reprendió e
intentó volver a concentrarse. A pesar de todo, no pudo evitar que su mirada lo
procesara rápidamente.
-“Marilyn Taylor”-más comillas.-Este es
mi hijo, Zhack. Zhack-señaló a Zoe, acompañando el gesto de aún más comillas-“Marilyn
Taylor”.
¿Fersmoth tenía un hijo? ¿Y era guapo? Con cómo se veía Fersmoth, Zoe
hubiese esperado otra ardilla mutante, no un chico cuyos profundos ojos
morados-¿era ella, o tenían vetas doradas?-hacían que sus rodillas se
sacudiesen. De inmediato intentó controlar la reacción de su cuerpo, pero no
pudo hacerlo. Sus ojos seguían absorbiendo cada detalle en su anatomía: su
complexión grácil y fuerte, como un depredador; su rostro duro, su despeinado
cabello castaño solo lo suficientemente largo para indicar su posición noble,
la manera en que su uniforme negro abrazaba sus abdominales…
¡Basta, Zoe! ¡Ya!
Debía haber permanecido babeando durante
mucho tiempo, puesto que todos la miraban como si esperasen algo de ella.
Excepto él. Él la miraba como si
fuese el más intrigante rompecabezas de su vida.
-¿Qué?-Zoe arqueó una ceja cuya
depilación le había costado más sufrimiento del normal.- ¿Esperan que haga una
reverencia?
El silencio le confirmó las sospechas.
Zoe, quien realmente no quería hacer una reverencia, se sentó en la cama de
hospital con tranquilidad.
-Nope.-respondió, y comenzó a tararear.
Terrible error, pero no parecía
importarle en absoluto.
La mano de Fersmoth salió disparada hacia
su cabello y agarró su nuca con la fuerza del hierro, forzándola a hincarse
frente a Zhack. Zoe alzó el rostro en rebeldía, fulminando a todos con la
mirada.
-Comienza.-le siseó el Emperador a su
hijo.-No tenemos todo el día.
La dejó caer en el suelo. Zhack se acercó
ella, y su mano se acercó, temblando casi imperceptiblemente, a Zoe. Sus
miradas se encontraron, y lo que ella vió en la de él la aterró.
Dureza. Pura y terrible dureza, murallas
de hierro firmemente establecidas.
Cuando su mano tocó el hombro de la
chica, ella sintió chispas.
Y no de las buenas.