Capítulo Veinticinco.

"White demon love song down the hall
White demon sorrow on the road
Back up your mind there is a call
He isn´t coming after all
Love this time
She likes the way he sings
White demon love songs in her dreams
White demon, where´s your selfish kiss?
White demon sorrow will arrange
Let´s not forget about the fear
Black invitation to this place that cannot change"

-A White Demon Love Song, The Killers.

Cuando Chainne y Cydak terminaron, el grupo comenzó el largo avance hacia las Tierras de las Sombras.

Sintieron el cambio de inmediato.

La energía siseaba en las puntas de sus dedos, ansiosa por salir. Zhack era el vivo ejemplo de ello. En cuanto salieron de las Tierras de Nadie su aura se volvio tan cargada de electricidad que sólo Zoe podía pasar a su lado sin resultar electrocutada; pero ella misma estaba en llamas.

La niebla era dominante, así que Zoe iluminaba el camino mientras Chainne hacía todo lo que podía para despejarlo. Pero si la niebla en realidad hacía algo, era solidificarse.

Zoe fué la primera en ver.

Una figura que no había visto en años tomó forma ante sus ojos. Alto, delgado, largirucho. Era su hermano.

-¡Bram!-exclamó, sorprendiendo a los demás.

-¿Qué?-Chainne, que iba atrás de ella, se volvió para ver lo que había alegrado a Zoe. Medio segundo después, su rostro adquirió una sonrisa radiante.- ¿Abuelo? ¿Mamá?

-¡Tía Shanee!-Zoe reía de dicha-Oh Dios, Zhack, ¡ven a ver! Y mira, ¡Mailanee!

-¿Qué es todo éste alboroto?

Zhack, Stan y Cydak traspasaron la línea de árboles que los separaba y vieron a Chainne y Zoe sonriéndole como dementes a columnas de niebla.

-¿Sara? ¿Chas?-llamó Stan, incrédulo.

-¿Madre?- Cydak parecía creer que estaba soñando.-¿Eres tú?

-¿Qué? Yo no veo nada...-Zhack palideció, comprendiendo. Estaban viendo a sus respectivos seres queridos. Que estaban muertos. Y definitivamente no podían estar ahí. Él no oía las voces, pero los demás sí.

Los llamaban a cada uno por su nombre.

Zoe...Zee...

Chainne...chiquilla...

Stan... ¡Stanlee!

Cydak, mi pequeño...

Lentamente, comenzaron a avanzar hacia aquellos que jamás creyeron volverían a ver; como hipnotizados. Si se esforzaba, Zhack podía ver lo que Zoe estaba viendo; pero no lo que veían los demás. Él los veía como realmente eran.

Demonios.

-¡Zoe, no!-gritó.

Ella no pareció escucharle.

-¡ZOE! ¡STAN! ¡CHAINNE! ¡CYDAK!

Entrando en pánico, trató de encontrar la manera de despertarlos del trance. Los monstruos alargaban sus brazos hacia sus presas, ávidos de sus almas.

Zhack actuó siguiendo un impulso.

Un rayo más potente que cualquiera de los que había usado antes salió de entre sus manos, proyectándose entre los demonios de niebla y los demás del grupo.

Inmediatamente, la niebla se dispersó y el sonido reverberó en el bosque. Zoe, Chainne, Stan y Cydak se quedaron inmóviles y parpadearon.

-¿Qué...

-...rayos...

-...fué...

-...eso?

-Demonios de niebla.-respondió Zhack, caminando hacia Zoe y examinándola ansiosamente.-Toman la forma de aquellos a quienes más extrañas y jamás volverás a ver. Zee, ¿estás bien?

Zoe parecía estar en estado de shock. Sus ojos grises-con vetas púrpura-encontraron los de Zhack con el dolor y la decepción escritos en ellos. Pero completamente secos.

-Parecían tan reales...-susurró.

-Lo sé.

Y ella siguió sin derramar una lágrima.