miércoles, 11 de noviembre de 2015

Caótica Sinfonía, Quinto Movimiento: En Ambos Mundos.


“Y todo lo que podía escuchar el trueno y ver el rayo golpear
Alrededor el mundo se estaba despertando, nunca podría yo volver
Porque todas las paredes de los sueños, fueron rotas bien abiertas
Y finalmente parecía que el hechizo había roto.”
-Blinding, Florence and The Machine.

La Muralla se estaba estirando.
Miles de millones de whitelanders podían atestiguarlo. Formaban una cadena de figuras fantasmales apostadas afuera de sus casas, los niños sosteniendo peluches ilegales que sus padres ocultaban, los adultos mirando con expresiones indescifrables el movimiento que había sacudido el mundo entero.
Sorpresa, asombro, más de un poco de horror. La tierra se seguía sacudiendo, y la gran Muralla blanca se estiraba como un gusano maligno alrededor de ella. Las casas se sacudían y las cosas se caían, pero nadie les prestaba atención.
Las Tierras Negras se estaban moviendo.
A lo lejos, desde la parte sur de las Tierras Blancas, un gusano hecho de un gelatinoso líquido negro se acercaba a ellos.
¿Qué estaba pasando?
De la nada podían ver demasiado. Había desiertos, había ruinas de ciudades antiguas, todo destruido.
Las Murallas se estaban uniendo.
Observaron con horror cómo el gusano negro se acercaba hacia ellos. Y entonces, la voz de Mallock. Y entonces, la voz de Fersmoth. Juntos.
Habían decidido unir sus imperios.
En medio de la oscuridad más absoluta, Fersmoth y Mallock anunciaron lo mismo a los suyos.

En la sala de Gobierno de las Tierras de las Sombras, llegó un fax. Parecía mundano, incluso ridículo, que la centenaria máquina de fax hubiera funcionado. Era una reliquia innecesaria, y cuando la secretaria de la Presidenta Aguirre se levantó a revisarlo, no se esperaba lo que encontró.
Un papel, escrito en español, de lo más normal del mundo. Lo que no era normal era el escudo.
Una declaración de guerra.

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