lunes, 3 de septiembre de 2012

Capítulo Nueve

"Run, run, run, away
Buy yourself another day
A cold wind is whispering
secrets in your ear
So low only you can hear
Run, run, run, and hide
Somewhere no one else can find
Tall trees bend their lean
pointing where to go
Where you still be all alone
Don´t you fear my dear
It´ll all be over soon
I´ll be waiting here
For you"

-Kingdom Come, The Civil Wars.

Zoe tenía un plan. Se había pasado horas y horas dándole vueltas al asunto, y todos los posibles escenarios acababan con ella siendo asesinada por Fersmoth. No muy bonito. Así que, había ideado un plan para escapar. Estaba a punto de realizarlo cuando oyó pasos en el corredor. Era Stan. Zoe aún no podía pensar en él como su tío, simplemente era Stan, o, raras veces, Cretino.
-¿Qué quieres?- preguntó secamente.
-Qué, ¿ninguna bienvenida especial para tu único familiar vivo?
Zoe le bufó.
-Ahem, el único familiar que me entregó para ser asesinada.
Stan se puso rojo y bajó la mirada.
-No serás asesinada.
-Ah, ¿sí?
Él le había explicado entonces que la ayudaría a escapar, le había entregado un cuchillo que ella escondió en su cinturón, y le había dicho que volvería por ella a medianoche.
Ahora sólo restaba esperar.
Pero Zoe estaba inquieta, así que se trenzó el largo cabello de manera que no le cayera a la cara. En cuanto fuera libre, se lo cortaría. Corrección: Si es que fuera libre. Si hubiera estado en las Tierras Blancas, ya la hubieran sometido a latigazos por tener el pelo excesivamente largo. Mallock tenía un estricto control sobre la apariencia. Las niñas debían llevar el pelo hasta exactamente la cintura, ni un centímetro más, ni un centímetro menos.
Cuando cumplían los quince, eran consideradas muchachas, por consiguiente, se les permitía trenzarse el cabello sólo en Domingos. A los veinte, eran mujeres hechas y derechas, no debían ni podían llevar el pelo suelto, sino que debían llevarlo en un recogido intrincado. A los treinta, debían llevarlo en un moño, pues eran viejas. A los cuarenta, debían cortárselo hasta la barbilla, su cabello ya no era algo digno de ser visto. Ninguna de las mujeres de la familia de Zoe había llegado a esa edad, y, por cómo se miraba. Zoe no iba a ser la primera.
Los hombres eran considerados como tales al cumplir los trece, y dejaban sus rizos al hombro para cortárselos a la barbilla. Su único cambio, al cumplir los treinta, era cortárselo al rape.
Ningún hombre, tampoco, había llegado tan lejos.
Zoe oyó pasos y suspiró, aliviada. Stan no mentía, entonces.
Su alivio se transformó en horror al ver a Zhack parado junto a Stan.
Zhack dejó inconsciente al guardián y le quitó las llaves. Stan le entregó a Zoe una mochila que ésta se colgó al hombro sin dejar de mirar con recelo al hijo de Fersmoth.
-¿Qué hace aquí él?- preguntó, alargando las manos para que Stan las amarrara. Él anudó la soga con rapidez y se encogió de hombros.
-Quería venir.
-No confío en él.- murmuró Zoe, esperando que Zhack no la escuchara. Pero lo hizo. Y estaba determinado a ganar su confianza. Stan tomó la soga de Zoe e hizo como si estuvieran llevando a una prisionera mientras caminaban hasta una parte desconocida del castillo. Había una gran puerta de madera y hierro forjado, ésa debía de ser la salida. Se oyeron voces al otro lado del pasillo.
-¿Dónde está ése bueno para nada?- preguntaba una voz femenina con irritación.- Fersmoth lo ha estado buscando por horas, y al Jefe no se le hace esperar.
Stan se alarmó, hablaban de él. Abrió lentamente la puerta.
-Hush, cuando lo encuentre lo haré pedazos, ea, así te lo digo.
-Me lo imagino- por el tono de voz de su acompañante, le agradaba la idea.
Stan empujó suavemente a Zoe por la puerta. Zhack la siguió, y por último, él.
-Wow...-murmuró Zoe, mirando pasmada el enorme castillo modernizado. Tenía la estructura básica de torres y puentes, y era totalmente negro. Su único adorno eran las banderas con la estampa de Fersmoth-una "F" dorada con una serpiente enroscada en ella- e incluso éstas eran negras. Stan le dió un pequeño codazo a Zoe.
-Debemos irnos.
Ella asintió, y se adentraron en el bosque.
***
-Y, ¿qué hacemos ahora?- preguntó Zoe.
Habían caminado por lo que parecía una eternidad, y ahora, acampaban en un claro. Stan tiró una rama más a la fogata y se encogió de hombros.
-Esperar- dijo.
Zoe frunció el ceño y aplastó una ceniza con la punta del zapato.
-¿Esperar? ¿A qué? ¿A que Fersmoth nos mate?- volvió la mirada hacia Zhack, pensativa.- Aunque puede que Zhack sobreviva...
El sonrió y puso los ojos en blanco.
-Lo dije una vez, lo repito ahora, no conoces al Jefe.- clavó su mirada en la de Zoe.- ¿Porqué habría de perdonarme la vida?
Zoe se encogió de hombros.
-Es tu padre.
Zhack imitó el encogimiento.
-Más razón para matarme.
-Más razón para dejarte vivir.
Zoe se deshizo la trenza y se acomodó el pelo de lado, estirándolo para ver hasta dónde debía cortar. Cuando recordó que era libre, sonrió y lo cortó de un solo tajón hasta la altura de su pecho. Guardó la navaja.
Zhack frució los labios, divertido.
-¿Porqué te cortas el pelo? Las mujeres lo llevan largo. Es parte de su feminidad.
Zoe arqueó una ceja, irritada.
-Entonces, si te dejas el pelo largo, ¿pierdes tu masculinidad?
Stan rió suavemente.
-Touché- murmuró.
Zoe sonrió triunfalmente y se levantó.
-Prepararé té, ¿alguien quiere?
Stan fué el único en pedir. 

2 comentarios:

  1. Hola PAO ^^
    Me ha gustado muchisimo el capítulo de verdad, muy emocionante y cuando le dice Zoe Entonces, si te dejas el pelo largo, ¿pierdes tu masculinidad? xDDD me ha gustado mucho de verdad ^^
    Muchos besos

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    Respuestas
    1. Jaja sí, esa es de mis partes favoritas ;)
      Me alegra que te haya gustado!!!
      -Pao

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