“Lo que no te mata
Te deja roto en vez
Tengo un hoyo en mi alma que se vuelve cada vez más profundo
Y no puedo tolerar
Un momento más de este silencio
La soledad me está atormentando
Y el peso de los mundos poniéndose más difícil de aguantar
Viene en olas
Cierro mis ojos
Sostengo mi aliento
Y le permito enterrarme
No estoy okay
Y no está bien
No vas a drenar el lago
Y traerme de vuelta a casa”
-Drown, Bring Me The Horizon.
El frío de la losa era todo lo que Zoe sentía,
rozando incómodamente su piel enrojecida. Observó impasible los surcos de la
roca, imaginando que habían sido creados por sangre de incontables prisioneros.
Como ella.
No puedo hacerlo.
La desesperación ya se estaba volviendo
familiar, en especial cuando las palabras de Fersmoth regresaban a su memoria. O te unes a las Tierras Negras, o mueres. Zoe
presionó el rostro contra el suelo fuertemente.
No quería morir.
Pero tampoco vivir atrapada.
¿Qué se suponía que iba a hacer? ¿Tendría
esperanzas de escapar si se convertía en ciudadana?
Había escuchado tantos rumores. Escapar
de las Tierras Blancas era difícil, pero escapar de las Tierras Negras
imposible. Nadie permanecía fuera mucho tiempo, si lograban superar las barreras
de Fersmoth. Se decía que la sangre de un blacklander
era un rastreador. Se decía que a
Fersmoth le gustaba jugar con la ilusión de los rebeldes, y luego premiarlos…
… con una cadena perpetua colgando de la
horca.
Psst.
Zoe sintió frío. Le hubieran gustado unos
años de libertad, le hubieran gustado mucho. Le hubiera gustado incluso más
regresar a las Tierras Blancas y matar a Mallock.
Psst.
Pero eso era imposible.
-¡ZOE!-alguien
gritó en un susurró.
La chica se sobresaltó, poco acostumbrada
a escuchar su nombre en ese lugar. Alzó el rostro con desgano, y luego se
incorporó de un salto para quedar sentada a la misma altura de su visitante.
-¿Qué haces aquí?-espetó.
Zhack puso los ojos en blanco.
-Vengo a anunciarte el clima, por
supuesto.
Ambos se fulminaron con la mirada, Zoe
cruzada de brazos y Zhack abrazando con los dedos los barrotes de su prisión.
-Ya lo sé. Negro con probabilidades de
muerte.
Él esbozó una pequeñísima sonrisa que
hizo que las líneas doradas de sus ojos destellaran, y que el corazón de Zoe diera
un salto. Idiota.
-No. Gris con probabilidades de escape.
-¿Qué?
-Stan me manda. Está creando un desorden.
Voy a sacarte de aquí.-se levantó, metiendo una llave en la puerta de su
prisión.
Zoe tenía problemas al procesarlo todo.
-Espera, ¿qué? Sí sabes que es muy cruel
decirme que me vas a ayudar cuando en realidad me vas a llevar a otra tortura,
incluso para ti-
Zhack la fulminó con la mirada.
-¿Nunca te pusiste a pensar que yo
también quiero escapar?-abriendo la puerta, tomó a Zoe por la muñeca. Ella se
encogió reflexivamente.
Ambos se sintieron culpables, pero por
razones distintas. Él: porque el que ella se encogiera a su toque significaba
que lo consideraba un peligro, y tenía razón. Ella: porque él malinterpretó la
razón de su encogimiento, y no podía hacer nada para cambiarlo.
-Vamos.-susurró-. Stan nos encontrará en
la Puerta Norte.
Procedió a amarrarle las manos con una
soga, para disimular. Sus dedos rozaban casi imperceptiblemente la piel de Zoe,
haciendo que se le pusiera la carne de gallina.
Salieron en silencio.
AY AY AY
ResponderEliminarMI ROMATICA EMPEDERNIDA QUE TENGO MUY EN EL FONDO DE MI SER SUSPIRA POR AMORRRRRRRR
Es que, mujer, me has puesto a Andrew Garfield en frente, así suspiro por amor siempreeeee*w*
Y ajajajajaj, el clima, jajajaj, negro. Tan comicos ellos
Sigooo leyendo♥