“Un hablante solitario en una conversación,
Sus palabras están nadando por sus oídos de nuevo.
No hay nada malo con solo una prueba de aquello por lo que has pagado.
Di lo que quieres decir, dime que tengo razón
Y deja que el sol llueva en mí
Dame una señal, quiero creer.
Whoa, Mona Lisa.
Está garantizado que mandarás sobre este pueblo.
Whoa, Mona Lisa.
Pagaría por verte fruncir el ceño.
Él siente algo, lo llama
desesperación.
Otro dólar, otro día.
Y si ella tuviera las palabras necesarias para decir, le diría
Pero no tendría nada más que venderla.”
-The Ballad Of Mona Lisa, Panic! At The Disco.
Zhack se sentía listo para
destruir al mundo cuando a la mañana siguiente lo llamaron, otra vez, a la sala de torturas. Sus
pies usualmente sigilosos armaban un escándalo, golpeando el suelo como si
quisiera matarlo y haciendo eco por todas partes.
¿Quién se creía ella para decir que no podía controlarla?
Control, Zhack. Tienes todo bajo control.
¿O no? ¿Era normal que siguiera
furioso por sus palabras un día después?
Los guardias se apartaron de su
camino antes de que él pudiera al menos mirarlos, acobardados por la reputación
del Príncipe de las Tierras Negras.
-Si mi padre los viera, ustedes
serían los próximos ahí dentro.-gruñó este.
Las manos le temblaban. La cabeza
se le cernía sobre sí misma, lista para lanzar su habilidad sobre el par de
ineptos. Zhack frunció el rostro en una mueca de dolor, y luego, ¡zas!, aplastó su lengua entre los
dientes. El dolor le dio la concentración que necesitaba.
El final del pasillo llevaba a una
puerta pesada de hierro, que al ser abierta mostraba la Antesala y la Sala de
Torturas. Zhack la abrió casualmente-y luego se vino hacia atrás, como golpeado
por la fuerza de los gritos que venían desde adentro. Ni los vidrios de
observación a prueba de sonido podían callarlos.
Torciendo el gesto, se adentró en
la Antesala. Stan estaba despatarrado sobre una de las sillas, jugando con un
bisturí. No le dedicaba ni una mirada al entretenido programa del otro lado del
vidrio.
¡Esta mañana, por el Canal Fersmoth! ¡Disfrute de los dulces cantos del
dolor de una chica adolescente en La Tortura del Día!
Zhack se desplomó en una silla al
lado del mano derecha del Emperador, metiéndose una par de tapones en los
oídos.
-Mmmmg hhmmm hhmmm.
Alzando el rostro, se encontró con
la mirada impaciente de Stan.
-Mmmgnsb sijsfjdf ¿nnn?
Se quitó los tapones.
-¿Qué?
-¡QUE TIENES QUE ESTAR ADENTRO
YA!-rugió Stan en su oído, enviando a Zhack directo contra el respaldo de su
asiento.
-¡Augh!-se quejó, fulminando al
hombre con la mirada.-Hij-
-Adentro, Principito.-él señaló a
la Sala de Torturas.-Papi se pone impaciente.
Zhack pasó a su lado para entrar, aprovechando
para darle un muy fuerte zape. Lo último que escuchó fueron las risas de Stan,
antes que la puerta se cerrara en un repentino silencio.
-Dinos tu nombre.-mascullaba
Fersmoth. Una vena saltaba en su frente, y tenía un látigo eléctrico en las
manos.-¡Dinos tu nombre!
El látigo se lanzó sobre el
desorden jadeante que era la chica, y una corriente roja atravesó la sangre de
Zhack. ¡No!
¡Chas!
La chica no mostró dolor, y resultaba
claro que algo había salido mal. Fersmoth la golpeó de nuevo, impaciente. Otra
vez, nada. Nada más que una línea roja en su espalda descubierta. Se suponía
que debía estar convulsionando, ¿no? ¿Dónde estaba la electricidad?
-¡ZHACK!-rugió el
Emperador.-Máxima potencia. ¡AHORA!
El susodicho trastabilló en
dirección a la mesa donde reposaba la chica, su respiración agitada lo único
audible en el silencio. Su mano se sintió fría al acercarse a la espalda ensangrentada
de la prisionera.
Zoe alzó la mirada, reuniniendo la
energía necesaria para ladear el rostro hasta tener al Príncipe en su campo de
visión. Sus ojos conectaron, y algo en el pecho de Zoe se contrajo.
-¡RÁPIDO!
La mano de Zhack hizo contacto en
su piel al rojo vivo, y el olor a quemado hirió su nariz junto a las
cuchilladas de electricidad que adormecían sus oídos.
Zoe había intentado permanecer
callada. Durante las primeras sesiones había sido sencillo mantener los gritos
y las lágrimas adentro, pero mientras que las lágrimas seguían sin salir, los
gritos lo habían hecho hace mucho.
Una presión horrible hizo su
aparición en su cabeza, y algo le arrancaba las uñas. De la nada sintió que se
estaba ahogando, y la cabeza le iba a explotar y se iba a convertir en cenizas-
-¡DINOS TU NOMBRE!
-cenizas cenizas literalmente iba a ser cenizas-
-¡DINOS TU NOMBRE!
-iba a morir a morir a morir a morir a morir a morir ATRAPADA-
Dolor. El dolor dejó de importar. Soy dolor. Al dolor no le duele nada.
Zhack y los otros torturadores
fueron lanzados contra la pared violentamente, ardiendo al rojo vivo. La
prisionera estaba parada y los miraba con chispas rojas en sus iracundos ojos
grises.
-Mi nombre es MARILYN TAYLOR,
señor Emperador.-acto seguido, sacó ambos dedos corazón y los apuntó a
Fersmoth.
Zhack se derrumbó en el suelo,
sintiendo el pecho presionado y ardiente. ¿Era así como se sentía ella? No.
Debía ser mucho peor. Observó casi con descuido el descarado insulto a la
dignidad de su padre, preguntándose qué haría el Supremo Emperador.
El Supremo Emperador se rió.
A carcajadas.
Y, acercándose a la prisionera,
tomó algo de su pecho.
Un medallón.
Y adentro, una foto de ella con un
chico, una señora, y el viejo Segundo al Mando del Emperador.
QUE QUE???????????????????????????????? DIOOOOS, me voy a leer todo ya, es en serio? como lo dejas así? AGTHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH. Esta chica es peor que Katniss eh, bastante bien, me encanto♥ al fin actualizas Pao♥
ResponderEliminarBesos
He actualizado un montón, ya ves :3
Eliminar-Pao