lunes, 10 de noviembre de 2014

Caótica Sinfonía, Capítulo Siete: La Balada de Mona Lisa.



“Un hablante solitario en una conversación,
Sus palabras están nadando por sus oídos de nuevo.
No hay nada malo con solo una prueba de aquello por lo que has pagado.
Di lo que quieres decir, dime que tengo razón
Y deja que el sol llueva en mí
Dame una señal, quiero creer.
Whoa, Mona Lisa.
Está garantizado que mandarás sobre este pueblo.
Whoa, Mona Lisa.
Pagaría por verte fruncir el ceño.
Él siente algo, lo llama desesperación.
Otro dólar, otro día.
Y si ella tuviera las palabras necesarias para decir, le diría
Pero no tendría nada más que venderla.”
-The Ballad Of Mona Lisa, Panic! At The Disco.

Zhack se sentía listo para destruir al mundo cuando a la mañana siguiente lo llamaron, otra vez, a la sala de torturas. Sus pies usualmente sigilosos armaban un escándalo, golpeando el suelo como si quisiera matarlo y haciendo eco por todas partes.

¿Quién se creía ella para decir que no podía controlarla?

Control, Zhack. Tienes todo bajo control.

¿O no? ¿Era normal que siguiera furioso por sus palabras un día después?
Los guardias se apartaron de su camino antes de que él pudiera al menos mirarlos, acobardados por la reputación del Príncipe de las Tierras Negras.
-Si mi padre los viera, ustedes serían los próximos ahí dentro.-gruñó este.
Las manos le temblaban. La cabeza se le cernía sobre sí misma, lista para lanzar su habilidad sobre el par de ineptos. Zhack frunció el rostro en una mueca de dolor, y luego, ¡zas!, aplastó su lengua entre los dientes. El dolor le dio la concentración que necesitaba.
El final del pasillo llevaba a una puerta pesada de hierro, que al ser abierta mostraba la Antesala y la Sala de Torturas. Zhack la abrió casualmente-y luego se vino hacia atrás, como golpeado por la fuerza de los gritos que venían desde adentro. Ni los vidrios de observación a prueba de sonido podían callarlos.
Torciendo el gesto, se adentró en la Antesala. Stan estaba despatarrado sobre una de las sillas, jugando con un bisturí. No le dedicaba ni una mirada al entretenido programa del otro lado del vidrio.
¡Esta mañana, por el Canal Fersmoth! ¡Disfrute de los dulces cantos del dolor de una chica adolescente en La Tortura del Día!
Zhack se desplomó en una silla al lado del mano derecha del Emperador, metiéndose una par de tapones en los oídos.
-Mmmmg hhmmm hhmmm.
Alzando el rostro, se encontró con la mirada impaciente de Stan.
-Mmmgnsb sijsfjdf ¿nnn?
Se quitó los tapones.
-¿Qué?
-¡QUE TIENES QUE ESTAR ADENTRO YA!-rugió Stan en su oído, enviando a Zhack directo contra el respaldo de su asiento.
-¡Augh!-se quejó, fulminando al hombre con la mirada.-Hij-
-Adentro, Principito.-él señaló a la Sala de Torturas.-Papi se pone impaciente.
Zhack pasó a su lado para entrar, aprovechando para darle un muy fuerte zape. Lo último que escuchó fueron las risas de Stan, antes que la puerta se cerrara en un repentino silencio.
-Dinos tu nombre.-mascullaba Fersmoth. Una vena saltaba en su frente, y tenía un látigo eléctrico en las manos.-¡Dinos tu nombre!
El látigo se lanzó sobre el desorden jadeante que era la chica, y una corriente roja atravesó la sangre de Zhack. ¡No!
¡Chas!
La chica no mostró dolor, y resultaba claro que algo había salido mal. Fersmoth la golpeó de nuevo, impaciente. Otra vez, nada. Nada más que una línea roja en su espalda descubierta. Se suponía que debía estar convulsionando, ¿no? ¿Dónde estaba la electricidad?
-¡ZHACK!-rugió el Emperador.-Máxima potencia. ¡AHORA!
El susodicho trastabilló en dirección a la mesa donde reposaba la chica, su respiración agitada lo único audible en el silencio. Su mano se sintió fría al acercarse a la espalda ensangrentada de la prisionera.

Zoe alzó la mirada, reuniniendo la energía necesaria para ladear el rostro hasta tener al Príncipe en su campo de visión. Sus ojos conectaron, y algo en el pecho de Zoe se contrajo.
-¡RÁPIDO!
La mano de Zhack hizo contacto en su piel al rojo vivo, y el olor a quemado hirió su nariz junto a las cuchilladas de electricidad que adormecían sus oídos.
Zoe había intentado permanecer callada. Durante las primeras sesiones había sido sencillo mantener los gritos y las lágrimas adentro, pero mientras que las lágrimas seguían sin salir, los gritos lo habían hecho hace mucho.
Una presión horrible hizo su aparición en su cabeza, y algo le arrancaba las uñas. De la nada sintió que se estaba ahogando, y la cabeza le iba a explotar y se iba a convertir en cenizas-
-¡DINOS TU NOMBRE!
-cenizas cenizas literalmente iba a ser cenizas-
-¡DINOS TU NOMBRE!
-iba a morir a morir a morir a morir a morir a morir ATRAPADA-
Dolor. El dolor dejó de importar. Soy dolor. Al dolor no le duele nada.

Zhack y los otros torturadores fueron lanzados contra la pared violentamente, ardiendo al rojo vivo. La prisionera estaba parada y los miraba con chispas rojas en sus iracundos ojos grises.
-Mi nombre es MARILYN TAYLOR, señor Emperador.-acto seguido, sacó ambos dedos corazón y los apuntó a Fersmoth.
Zhack se derrumbó en el suelo, sintiendo el pecho presionado y ardiente. ¿Era así como se sentía ella? No. Debía ser mucho peor. Observó casi con descuido el descarado insulto a la dignidad de su padre, preguntándose qué haría el Supremo Emperador.
El Supremo Emperador se rió.
A carcajadas.
Y, acercándose a la prisionera, tomó algo de su pecho.
Un medallón.
Y adentro, una foto de ella con un chico, una señora, y el viejo Segundo al Mando del Emperador.









2 comentarios:

  1. QUE QUE???????????????????????????????? DIOOOOS, me voy a leer todo ya, es en serio? como lo dejas así? AGTHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH. Esta chica es peor que Katniss eh, bastante bien, me encanto♥ al fin actualizas Pao♥
    Besos

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