miércoles, 19 de noviembre de 2014

Caótica Sinfonía, Capítulo Nueve: Ahogarme.


“Lo que no te mata
Te deja roto en vez
Tengo un hoyo en mi alma que se vuelve cada vez más profundo
Y no puedo tolerar
Un momento más de este silencio
La soledad me está atormentando
Y el peso de los mundos poniéndose más difícil de aguantar
Viene en olas
Cierro mis ojos
Sostengo mi aliento
Y le permito enterrarme
No estoy okay
Y no está bien
No vas a drenar el lago
Y traerme de vuelta a casa”
-Drown, Bring Me The Horizon.

El frío de la losa era todo lo que Zoe sentía, rozando incómodamente su piel enrojecida. Observó impasible los surcos de la roca, imaginando que habían sido creados por sangre de incontables prisioneros.
Como ella.
No puedo hacerlo.
La desesperación ya se estaba volviendo familiar, en especial cuando las palabras de Fersmoth regresaban a su memoria. O te unes a las Tierras Negras, o mueres. Zoe presionó el rostro contra el suelo fuertemente.
No quería morir.
Pero tampoco vivir atrapada.
¿Qué se suponía que iba a hacer? ¿Tendría esperanzas de escapar si se convertía en ciudadana?
Había escuchado tantos rumores. Escapar de las Tierras Blancas era difícil, pero escapar de las Tierras Negras imposible. Nadie permanecía fuera mucho tiempo, si lograban superar las barreras de Fersmoth. Se decía que la sangre de un blacklander  era un rastreador. Se decía que a Fersmoth le gustaba jugar con la ilusión de los rebeldes, y luego premiarlos…
… con una cadena perpetua colgando de la horca.
Psst.
Zoe sintió frío. Le hubieran gustado unos años de libertad, le hubieran gustado mucho. Le hubiera gustado incluso más regresar a las Tierras Blancas y matar a Mallock.
Psst.
Pero eso era imposible.
-¡ZOE!-alguien gritó en un susurró.
La chica se sobresaltó, poco acostumbrada a escuchar su nombre en ese lugar. Alzó el rostro con desgano, y luego se incorporó de un salto para quedar sentada a la misma altura de su visitante.
-¿Qué haces aquí?-espetó.
Zhack puso los ojos en blanco.
-Vengo a anunciarte el clima, por supuesto.
Ambos se fulminaron con la mirada, Zoe cruzada de brazos y Zhack abrazando con los dedos los barrotes de su prisión.
-Ya lo sé. Negro con probabilidades de muerte.
Él esbozó una pequeñísima sonrisa que hizo que las líneas doradas de sus ojos destellaran, y que el corazón de Zoe diera un salto. Idiota.
-No. Gris con probabilidades de escape.
-¿Qué?
-Stan me manda. Está creando un desorden. Voy a sacarte de aquí.-se levantó, metiendo una llave en la puerta de su prisión.
Zoe tenía problemas al procesarlo todo.
-Espera, ¿qué? Sí sabes que es muy cruel decirme que me vas a ayudar cuando en realidad me vas a llevar a otra tortura, incluso para ti-
Zhack la fulminó con la mirada.
-¿Nunca te pusiste a pensar que yo también quiero escapar?-abriendo la puerta, tomó a Zoe por la muñeca. Ella se encogió reflexivamente.
Ambos se sintieron culpables, pero por razones distintas. Él: porque el que ella se encogiera a su toque significaba que lo consideraba un peligro, y tenía razón. Ella: porque él malinterpretó la razón de su encogimiento, y no podía hacer nada para cambiarlo.
-Vamos.-susurró-. Stan nos encontrará en la Puerta Norte.
Procedió a amarrarle las manos con una soga, para disimular. Sus dedos rozaban casi imperceptiblemente la piel de Zoe, haciendo que se le pusiera la carne de gallina.

Salieron en silencio.


1 comentario:

  1. AY AY AY
    MI ROMATICA EMPEDERNIDA QUE TENGO MUY EN EL FONDO DE MI SER SUSPIRA POR AMORRRRRRRR
    Es que, mujer, me has puesto a Andrew Garfield en frente, así suspiro por amor siempreeeee*w*
    Y ajajajajaj, el clima, jajajaj, negro. Tan comicos ellos
    Sigooo leyendo♥

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