“No sé adónde voy,
Todos están corriendo, todos están corriendo
Regresa después que todo esté roto
Todo se está quemando, nadie regresando
Da un paso atrás, da un paso atrás, todos den un paso atrás, paso
atrás
Es tiempo de recoger lo flojo, lo flojo, tienes que saber
Sálvame de esta persona retorcida en la que me he convertido
Mientras el mundo se viene derrumbando.”
-Crash, Fit For Rivals.
El caos estaba por todas partes. Personas
corriendo, personas gritando, personas explotando.
Y en medio, Stan.
Parado, impasible, mientras el pánico
agarraba a cada blacklander cerca y
los chocaba. Sosteniendo un bote de gasolina, observando el incendio que él
mismo había provocado. Como si no fuera nada. El fuego le quemaba las pestañas,
y alrededor seguían volando cenizas. La alarma gritaba por todas partes, las
personas gritaban por todas partes, los guardias gritaban por todas partes.
Y en medio, Stan.
Invisible. Cada ser viviente lo evadía
como por instinto, dejando un pequeño círculo libre para él. Porque era el
segundo al mando.
Era.
Ya no más.
No después de lo sucedido.
¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti, Stan? Que eres corruptible.
Manipulable.
Esas habían sido las primeras palabras
que Fersmoth le había dirigido en la vida, y esa era su traducción:
manipulable.
-Respira como el arma, actúa como el arma.
-¿Pienso como el arma?
-Las armas no piensan.
No piensan. Nunca.
Y ahí estaba él, pensando. ¿O seguía sin
pensar? Debería haber tirado el bote de gasolina. Debería irse antes que
alguien lo notara.
Pero ahí seguía, observando el desastre.
La explosión en medio de la cual tenía
que estar Fersmoth, con suerte, muerto.
En miles de pedacitos sangrientos.
La traición es inaceptable.
-Sé lo que estás pensando.
-Sé lo que estás sintiendo.
-Sé lo que estás planeando.
Zoe Brook. Esa era la respuesta a todas
esas oraciones. Zoe Brook, libre. Zoe
Brook, de negro.
Jamás.
-Sé lo que harás, Stan. Y te estoy observando.
Yo también te observo, Fersmoth. Te observo volar en pedacitos.
Bam. Calor. Desastre, caos, caos y más
caos. Todo volando, no solo Fersmoth.
Y en medio, Stan.
Y en su mente, Sara.
-¿Sabes
qué me gustaba de ti, Stan?
Gustaba.
-¿Qué?
-Tu libertad.
Libertad, perdida.
Libertad, recuperada.
O por recuperar.
Lanzando la gasolina a un lado con descuido,
Stan el Ya No Segundo al Mando de las Tierras Negras salió para no volver más.
Con suerte.
Y ya sabemos qué hay con la suerte.
AHHHH QUE TREMENDO CAOSSSS AHHHHHHHHHHHHH
ResponderEliminar¿Los ira a encontrar Fersh*no se prunciar ese nombre*????