“Envíanos una venda, envíanos una daga
Dile a los supervivientes, la ayuda viene en camino
Yo era una venda, nunca me quejaba
Todos los supervivientes cantando en la lluvia
Yo era la que tenía el mundo a sus pies
Nos consiguió una batalla, déjenmela a mí,
Lo que es y dónde se detiene nadie lo sabe
Tú me diste una vida que nunca elegí.
Quiero irme, pero el mundo no me deja ir.”
-Blindness, Metric.
Agua.
La inundación llegó de todas partes.
Cuerpos nadando, cuerpos ahogados.
Chainne apenas era consciente de lo que
sucedía.
Presión en el pecho, libertad. Casas,
vistas desde el agua. Gritos distorsionados. El instinto llevándola lejos, muy
lejos, más allá de la muralla.
Burbujas. Mente en blanco. Agua fluyendo
de ella, por ella. Negro. Y entonces estaba en algo duro, y abrió los ojos, y
se encontró tres rostros frente al suyo.
Uno: Pelo corto, algo sucio, desordenado.
Rostro moreno y ojos gris/aguamarina… ¿con vetas de púrpura?
Otro: Un hombre joven, pelo negro, algo
largo. Rostro moreno también y ojos púrpura… ¿con vetas gris aguamarina?
Y el último: Un hombre, no tan joven pero
no viejo, pelo negro y corto. Rostro un poquitín menos moreno y ojos hielo, sin
vetas.
¿Huh?
La mente de Chainne estaba demasiado
dormida para captar quiénes eran o si debería tener miedo, y sus ojos cayeron
cerrados de nuevo.
-¿Deberíamos despertarla?
-Quién sabe, mira cómo salió la cosa
cuando lo intentamos con Zoe…
Zoe sonrió, maléfica.
-Bueno, por lo que sé, Chainne ParaMount
no es una persona muy violenta que digamos.
-Ah, qué bien.-Stan apoyó sus piernas
sobre un tronco, recostándose plácidamente.-Suficiente tenemos con una chica
rabiosa y permanentemente enojada.
Zoe le dio un zape en la cabeza.
Los tres estaban sentados alrededor de la
muy dormida Chainne ParaMount, a quien Zoe había medio calentado-estaba
empapada, la chica-pero que aún seguía goteando al dormir. Estaba
increíblemente pálida y sus labios prácticamente blancos, pero eso les permitía
notar con mayor facilidad las minúsculas esquirlas en variados tonos de azul en
su piel.
Oficialmente, el grupo ahora tenía cuatro
de las seis piedras que Fersmoth y Mallock necesitarían. ¿Quiénes serían las
otras dos?
-Pero tenemos que movernos pronto.-dijo
Zoe, presionando los labios. Miraba con ansiedad el cielo abierto-. No me gusta
que estemos así de expuestos.
-¿Pero cómo se supone que llegaremos a
las Tierras de las Sombras?-preguntó Stan.-Ni siquiera sabemos dónde estaba
México antes del Apocalipsis.
-Yo lo sé.-dijo Zhack casualmente, sin
siquiera dedicarles una mirada.-Estaba al otro lado del mundo, a un océano de
distancia.
Stan soltó una palabrota.
-¡Zoe! ¿Cómo diablos vamos a llegar allá?
-Él dijo “estaba”-respondió ella,
evadiendo explícitamente mencionar su nombre-. Ahora está más cerca. No sé,
tiene que haber una manera.
-¿De qué hablan?
Y de la nada Chainne tenía tres cabezas
enfrente de nuevo.
Pegó un salto, arrastrándose lejos.
-Por Dios-jadeó-. Casi me dan un infarto.
¿Quién rayos son ustedes?
Stan le dirigió una mirada molesta a Zoe,
expresando sin palabras que Chainne no le parecía tan calmada como ella había
dicho. La chica puso los ojos en blanco.
-Yo soy Zoe, él es Stan, y él-su voz se
tensó un poco antes de mencionar a Zhack, como si la sola mención de su nombre
la electrificara.-es Zhack.
-Uhhhh…-la mirada azul de Chainne, igual
al mismísimo mar, volaba entre ellos como si siguiera asustada-. Sé de dónde
vienes, Zoe, pero, ¿y ellos?
Zoe suspiró.
-Vale, Stan es mi tío, es de las Tierras
Negras, acostumbraba ser el segundo al mando de Fersmoth.-el susodicho la miró
exasperado.
-¿No podemos olvidar esa etapa de mi
vida?
-Y Zhack-ella ignoró a Stan-, es el hijo
de Fersmoth.
-¡¿QUE QUÉ?!
-Oh, y eso no es todo.-añadió Zoe,
sintiéndose malvada.-Nosotros cuatro, sí, incluyéndote, hemos absorvido cuatro
de las seis piedras que nuestros apreciados Emperadores necesitan para vivir.
Así que, técnicamente, o te quedas o te quedas.
Oh, como amo la forma en la que Zoe hablo *u*
ResponderEliminarTienes que seguir escribiendo, porrrrrrrfavorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr♥
Besos♥♥♥