martes, 9 de diciembre de 2014

Caótica Sinfonía, Capítulo Dieciséis: Emergencia.


Si creíste que me iría, no estás en lo correcto,
Porque no dejaré de mantenerme
Así que, ¿estás escuchando?
Así que, ¿me estás observando?
Y no puedo pretender que no veo esto.
Realmente no es tu culpa,
Cuando a nadie le importa tanto como para hablar de ello.
Para hablar de ello.
Porque he visto al amor morir demasiadas veces
Cuando merecía estar vivo,
Y te he visto llorar demasiadas veces
Cuando merecías estar viva, viva.”
-Emergency, Paramore.

Chas. La sensación de despertarse, como un corte. Un limpio tajo al hilo que mantenía a Zoe flotando en su mundo, una caída no tan limpia de vuelta al mundo real. Zoe fue repentinamente consciente de muchas cosas más, como la manera en que Stan diseccionaba apresuradamente el cuerpo del leopardo, cómo Zhack aferraba su daga tanto que su piel adquiría una tonalidad púrpura blancuzca. El aire se sintió más fresco, el fuego más encantador. La camioneta, más obvia.
Zhack pateó una piedra, mándandola lejos de un solo golpe.
-¿Qué se supone que vamos a hacer ahora?
Zoe se encogió de hombros, un poco de su sarcasmo habitual de vuelta en su mirada.
-Huir, obviamente.
-Nos va a encontrar-
-Fersmoth ya nos ha visto.-interrumpió Stan, levantándose-. Es cuestión de tiempo que nos atrape.
Zoe estaba sonriendo, mientras que Zhack había apagado el fuego y se disponía a la huida.
-¿En serio? ¿Qué y si no?
-¿A qué te refieres?
-Svoboda.-dijo ella en ruso antiguo, y sonrió.
Era una idea brillante, y un truco tan poco usado que Fersmoth no lo podría preveer jamás.
-¿Qué-qué es svoboda?-preguntó Zhack, perdiéndose un poco en la pronunciación.
Las Tierras Blancas hablaban una mezcla de los idiomas de sus países originales-Rusia, Suecia, Finlandia, Alemania, Polonia y Noruega-pero el ruso dominaba la mayor parte de su dialecto. Las Tierras Negras hablaban un idioma similar, con un acento remarcadamente distinto y fuertes rasgos de árabe, mandarín y bengalí. Zhack había captado rasgos del lenguaje whitelander gracias a Stan y a su propia educación como Príncipe, que al menos le había regalado el dominio de varios idiomas del mundo antes del Apocalipsis.
Aún así, no tenía ni idea de qué rayos era svoboda.
-Un truco genial.-Zoe sonrió-. Significa libertad, consiste en-
-NO LO VAMOS A HACER.
Zoe se volvió hacia Stan, arqueando una ceja secamente.
-¿Y porqué no?
-Es peligroso. No.-respondió él-. Seguiremos con la huida clásica.
-¿Y no estamos ya en una situación peligrosa, oh Tío?-Stan se encogió cuando ella lo llamó así. Tío.
-Yo voto por que lo hagamos.-dijo Zhack.-¿En qué consiste, Zoe?
La sonrisa de la muchacha volvió, un tanto malévola.
-En liberarte de tu propio cuerpo.
Vale, lo admitía. Quizá el modo en que lo había dicho no fuera el indicado, tomando en cuenta que no era exactamente así. En realidad, era más un truco de invisibilidad, pero la manera en que se tenía que manipular la propia energía resultaba letal. Era alterar la composición del cuerpo hasta volverlo transparente, y tener la capacidad de revertirlo aún después.
Por eso y más, Zoe tuvo más cuidado al enseñarselo a sus acompañantes del que había tenido con algo en otro momento de su vida.
Mallock había prohibido el truco, alegando que era demasiado riesgoso para los que lo utilizaran, pero en realidad era riesgoso para él, y la familia Brook tomaba nota de todo cuando pudiera ser riesgoso para un emperador. El recuerdo de su padre enseñándole a Zoe cómo hacerlo era el único que tenía de él, lo único que recordaba con relativa claridad.
Era simple, pero era complicado a la vez, como deshacer y rehacer un tapete. El máximo cuidado fue usado y el truco hecho lentamente pese a la amenaza de Fersmoth, hasta que Zoe, Zhack y Stan fueron como versiones en acuarela de sí mismos, y lo único visible sus ojos.
El mundo era extraño de esa manera, como si estuviera pintado. Tenían que dejar el auto, y no se molestaron en hacer otra cosa que sacar las provisiones y repartirlas en tres pesadas mochilas.
El viaje fue largo. De esa bizarra manera, como si estuvieran lejos del mundo o incluso fueran el mundo, pusieron rumbo a las Montañas Altai con toda la velocidad de la que fueron capaces, pero el svoboda drenaba sus energías con rapidez, dejándolos a punto de desmoronarse.
No hablaron.
No podrían escucharse, de todos modos, y enviar mensajes telepáticos requeriría de una energía que no tenían.
Las montañas Altai no existían.
Ya no.
Lo descubrieron cuando, unas horas más tarde se encontraron con la tierra rota, quebrada y convertida en un acantilado enorme justo frente a ellos, que se extendía como una pared más allá de donde sus ojos pudieran alcanzar.
La figura de acuarela de Zhack se apoyó contra el acantilado, titilando. En un esfuerzo hercúleo, él mandó un roto mensaje telepático a sus compañeros.
“¿Qué… ahora…?”
Zoe, mareada y viendo demasiadas luces para su gusto, logró responder.
“Mira… cuevas. Al otro lado. Ahora… atravesamos… regresamos a la normalidad.”

Acto seguido, atravesó la pared del acantilado como si fuera gelatina y dejó caer el svoboda, su cuerpo normal derrumbándose en el suelo.

1 comentario:

  1. Por la canción pensé que sería romantico entre Zoe y Zhack *deja, soy una ilusa total co respecto a las historias, siempre le busoc el lado amoroso* Waooo, yo quisiera poder hacer ese truco, seria genial:(
    Besos

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