lunes, 5 de enero de 2015

Caótica Sinfonía, Capítulo Veinticuatro: Corte de Papel.


“¿Porqué se siente como la noche hoy?
Algo aquí no está bien hoy
¿Porqué estoy tan tenso hoy?
La paranoia es todo lo que me queda
No sé qué es lo que me estresó primero
O cómo se alimentó la presión
Sólo sé cómo se siente
Tener una voz en el fondo de mi cabeza
Es como un rostro que sostengo dentro
Un rostro que se despierta cuando cierro los ojos
Un rostro que observa siempre que miento
Un rostro que ríe siempre que caigo
(Y lo observa todo)”
-Papercut, Linkin Park.

Días y días de viaje fueron los que siguieron. Paradas cortas, paradas largas, comer, charlar, practicar un poco lo que ellos ahora consideraban sus armas. Luego deslizarse de nuevo, a veces en svoboda, otras simplemente sobre placas de energía.
Zhack empezaba a perder la noción del tiempo.
Las escenas se emborronaban todas juntas hasta formar una sola escena, un borrón de rojos y negros y azules y amarillos, una presión en su cabeza acompañada de un inexplicable sentimiento-alguien los estaba siguiendo.
-¡Zhack!-exclamó Zoe, dejando caer dos ardientes brazos a los lados en frustración.-Despierta, idiota, ¡casi te quemo!
-¿Huh?
Él lanzó una rápida mirada a su alrededor, como si acabase de despertar de un largo letargo. Oh. Cierto. Estaban practicando. Ahí estaban Chainne y Stan, él practicando cómo congelar el agua de Chainne y ella practicando cómo descongelar el hielo de él.
Zoe lo miraba como si quisiera convertirlo en una pira humana.
-Si sigues distrayéndote así vas a acabar convertido en una pira humana.
Zhack se frotó los ojos, exhausto.
-Lo siento… no lo volveré a hacer.-y se preparó para la bola de fuego que ella le lanzaría, dispuesto a convertirlo en rayos-si es que era posible. No estaba seguro. Hasta el momento sólo ella había podido sacar fuego de sus rayos.
Pero la bola nunca llegó.
En vez de eso sintió una mano, pequeña y enérgica, jalarlo de la camisa. Su corazón se aceleró reanimado cuando Zoe se puso de puntillas y acercó su rostro al suyo.
-Dios mío, pareces muerto en vida.
-¿Hmm?-él estaba pensando en otras cosas otra vez.
Cosas como Zoe, y lo cerca que estaba.
Ella lo soltó, empujándolo de vuelta a la realidad como una repentina caída de agua.
-Ven.-dijo, voltéandose y haciendo un gesto para que lo siguiera-. Necesitas comer algo.
Alguien nos está siguiendo.
-¿Qué hay de ti? Todavía estás muy delgada.
-¿Qué, quieres engordarme y luego comerme?-Zoe carraspeó, presionando los labios ante la extraña broma. La mente aletargada de Zhack sólo procesó las palabras “quieres” y “comerme”, y él arqueó una ceja.
Zoe le entregó un sandwich guardado en aluminio.
-Malas noticias, Zhacky. Estoy acostumbrada al hambre-aunque pienso quitarme esa costumbre lo más pronto posible.-sonrió, probablemente pensando en toda la comida que iba a devorar-
-verdes-
-bosque-
-¿lobo?
-animal, corre, verde bosque-
-zas, y una flecha disparada de un arco-
-¡Zhack!-y alguien lo empujaba hacia atrás, ¿Zoe?, y otro alguien, ¿Stan? lo apoyaba en el suelo.
-¿Qué le ha pasado?
-¡Un segundo estaba comiendo y el otro se iba de narices al suelo!-un rostro emborronado frente al suyo, del que solo pudo reconocer los ojos-soleado gris aguamarina con líneas del color de mis ojos-
-Quédate aquí, ¿entiendes? No cierres los ojos-
-Dato útil-¿Chainne? Le levantaron las piernas.-Nada mejor para una persona desmayada que levantarle las piernas.
-¿Dónde aprendiste eso?-Stan. O al menos eso creía. ¿Él todavía no había llegado, verdad?
-Tierra.-soltó de la nada.
Zoe frunció el ceño, su expresión de preocupación dando paso a una de diversión.
-¿Tierra? Siento anunciártelo, cariño, pero no puedes tomar tierra.
-No, no-Zhack intentó ignorar lo extraño, del buen extraño, que se sentía el que ella lo llamase cariño.-Tierra. Tierra viene.
Todos pararon lo suyo. Tres rostros lo observaron, atentos y demasiado cerca.

Vaya, pensó Zhack, no debimos haberle hecho esto a Chainne.

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