“Hacemos
berrinches como fiestas
No estamos
felices hasta que todos saben que estamos enfermos
Y es justo así
que nos gusta
Hemos sufrido
suficiente, correcto, lo ganamos
No le digas a los
otros pero todo se está poniendo viejo
Digo ¿cuántas
veces más contaremos nuestras historias?
Y ser solitario
sólo es divertido en grupo
Como que pierde
su encanto cuando es verdad.
Lo decía en serio
cuando dije quiero mejorar, quiero mejorar
El resto de
ustedes están tan contentos
Sigan donde están
pero duele como el infierno.”
-Get Well, Icon
For Hire.
-Shh, shh, shh, está bien, está bien…-murmuraba la mujer, acunando la
cabeza de su esposo en su pecho.
-Está bien está bien está bien…
-No no no lo está-el hombre era un desorden borboteando palabras,
sollozando, apenas gritando, y ella acariciaba su oscura melena como si fuera
lo único que lo importara-. No lo está los dejamos no lo está-
La vida parecía haber huido de la sala. Un pequeño apartamento,
amueblado metódicamente y sin sentimiento alguno de comodidad, sucio, cubierto
en telarañas; la cocina explotando con platos sucios y charcos de diversa
procedencia. El olor era seco, más polvo que aire, y la luz desaparecida en
combate de la escena.
Bram observó a la pareja, ardiendo en rencor y dolor y desprecio todo
a una sola vez, ¿porqué tenía que poseer
una conciencia? Y una conciencia llamada Mai que superaba a cualquier otra
conciencia.
Si no fuera por que a Mai le gustaría que lo hiciera, él jamás habría
acudido a ellos.
-¡La despreciamos!-chillaba el
hombre, su respiración salvaje-. ¡Lo elegimos a él cuando pudimos haberlos
obligado a traer a los dos!
-¿De verdad crees que con ella nos hubiera ido mejor?-cuestionó ella,
alzando su alguna vez clara mirada al cielo-. ¡Se quieren más de lo que alguna vez nos quisieron a nosotros! Somos
fantasmas, no hicimos nada…
-No hicimos nada…-concordó el hombre.
No hicimos nada
no hicimos nada no hicimos nada
-Sara.-llamó Bram con sequedad, cada célula en su cuerpo detestándola.
“-¿Cómo pudieron
dejarla?
-¡Te salvamos de
morir! ¿No estás agradecido?
-¡¿Cómo puedo
estar agradecido si ahora no tengo nada?!”
Su rubia cabeza se alzó de golpe, todavía
murmurando distraídos “Shh”s a su amado, a su adorado, a lo único que le
importa en el mundo, más que sus propios hijos.
-Bram.-susurró, posando en él su sucia mirada.
Sucia.
Sucia
como ella, sucia como su alma, alguna vez fue clara pero ahora no es nada más
que sucia y contaminada.
Mientras, él seguía murmurando.
-Mírala Sara mírala nos odia, mírala no nos ama porqué no nos ama-
-Shh. Bram.-su voz se deshizo en notas suaves que su hijo juzga como falsas, completamente falsas-. Has venido a
vernos. Has venido, has venido-
-No he venido a verlos.
Su cara se
descompone, su blanca y dura cara eslava se deshace como la de una niña
desilusionada.
-¿No?
-Ella viene. Zoe
viene.
-Zoe.-la oscura cabeza del hombre se alzó como la de un perro al oler
comida-. Zoe Zoe Zoe dónde está Zoe
-¡Zoe viene!-una enorme sonrisa iluminó la descuidada cara de ella,
que prácticamente ronroneaba en sorpresa-. Zoe viene Zoe viene a vernos Zoe
viene a salvarnos-
-No.-la voz de Bram es dura,
dura como él, dura como el hierro.-Ella no viene por ustedes. Ella viene por sí
misma. (Y por mí, piensa, por mí y por ella)
-¿No viene?-voz de niña, la suya, y es que, ¿alguna vez fue madura?
-¿No?-voz de niño la de él, porque perdió la cordura.
-Viene.-dijo Bram por última vez.-Viene, pero no por ustedes.
Y cierra la
puerta.
Imagino que ellos seran los padre y waoo, esto se pone cada vez mejor!
ResponderEliminarBesos♥