lunes, 5 de enero de 2015

Caótica Sinfonía, Capítulo Veinticinco: Estado Líquido.


“Estoy en alerta roja,
Tráeme paz y lava mi suciedad
Gírame alrededor y ayúdame a cambiar de dirección y caminar en la luz
Calienta mi corazón esta noche
Sosten mi cabeza en lo alto
Ayúdame a sobrevivir.”
-Liquid State, Muse.
Silencio.
Oscuridad.
Demasiado silencio, demasiada oscuridad.
Una sombra entre las sombras, una pequeña manada de mutantes patentados por el Emperador, todos bajo su comando.
Pero ni rastro de los fugitivos.
Cydak Hill se deslizó por el bosque, buscando a su presa. Sin encontrarla. Hasta que-el mutante lobuno sobre el que montaba giró su cabeza, apuntando amenazante a la izquierda.
Ahí.
Y el fuego viene de todas partes, y los rayos truenan por todas partes, y la manada se mantiene calma hasta que él grita, ¡por ellos!
Caos.
Rugidos y movimientos y sombras y luz, todo a una sola vez, y Zoe perdió a Zhack y, ¿porqué rayos había una manada? No se suponía que Tierra los atacara, mucho menos con lobos mutantes, no se suponía que tuviesen que atacar pero tuvieron que hacerlo, y todo lo que Zoe pudo hacer fue dejar a su instinto tomar el control e incendiarlo todo-
-y la tierra se sacudió y todos cayeron de sus respectivos árboles, ouch, y Zoe está segura de que al menos se ha roto un hueso, y no puede ver a Zhack y no puede ver a Chainne y no puede ver a Stan, todo lo que hizo fue quemar y quemar y quemar y los lobos mutantes aúllan, chocan sus mandíbulas y le muestran sus colmillos, y ella no está asustada pero está furiosa porque sigue sin encontrar a Zhack, y entonces-
-el trueno, el trueno y cinco lobos caen muertos, el hielo, el hielo y caen varios más congelados, y finalmente encuentra a Zhack tras chocar contra él y ambos cruzan una mirada, y el fuego y el trueno y más lobos explotan, y de la nada todo pareció tener más esperanza, ¿pero dónde estaba Chainne?
Y los lobos caían y caían y Cydak fallaba, fallaba por primera vez en su vida, nadie le había dicho que fueran a tener poderes, sólo el príncipe, y no podía aplastarlos por más que quería-y entonces-
-Cydak cae. Una chica lo ha derrumbado.
-¡Alto!-exclama, autoritaria, y los lobos paran.
Todo para.
Sólo queda su mirada.
Sólo queda su corazón, aterrado y sobresaltado.
Porque ha fallado.
Ahora él es la presa, y no el cazador.
Chainne sonrió en medio de la extraña quietud que llenó el bosque, y apagó el fuego de Zoe con un movimiento de mano.
Dos personas se aproximaron a Cydak, no, tres, entonces eran cuatro, nadie había dicho que eran cuatro, nadie había dicho nada para advertirle nada sobre lo que iba a pasar.
-Soy un fracaso.-susurró, horrorizado, y todo lo que le daba orgullo se había derrumbado.
La chica de los ojos mar frunció el ceño, inmovilizando sus brazos.
-¿Porqué dices eso? No es tu culpa que seamos tan rudos.
-Sí.-la otra chica, la del fuego, fulminándolo con la mirada.-Nosotros teníamos las de ganar.
-Pero-
-¿Porqué nos atacaste, Tierra?
Él devolvió su mirada a la chica de ojos azules.
-¿Tierra?
-Sí, Tierra.-el hombre, Stan Brook, el traidor. Lo miró con los brazos cruzados.-También llamado Cydak Hill. Bienvenido al equipo. Aunque tendremos que mantenerlo vigilado.
-Agradece que no te hayamos rostizado.-dijo el príncipe escapado, mirándolo con molestia.

-Sí.-la chica del fuego sonrió, y su sonrisa no fue para nada tan cálida como su elemento-. No dudes que podemos hacerlo.

1 comentario:

  1. Oh, todo tiene logica ahora. Cydak es uno de ellos, oh *aplausos para mi, que hasta que las cosas son lógicas las entiendo*
    Besos♥

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